Mucho, mucho sol. Y mucha, mucha ausencia... el sol sin tí, acariciando mi piel y calentándome el estómago, que se viste de verano.
Ganas de comer espárragos y fresas.
Las amapolas, nada desalentadas, deslumbrantes, disfrutando de la brevedad de su vida.
Cariño, los pulgones están devorando mi rosal.
Ven a tomar el sol conmigo mañana. ¿vale?
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